El pasado lunes, 19 de noviembre, en el aula matinal celebramos la segunda sesión de la "Escuela de familias". Fue impartida por Dº Antonio Romera Lao, maestro, psicólogo y orientador del Equipo de Orientación Educativa del Centro.
En esta sesión explicó de una manera cercana y sencilla qué son los celos, por qué se producen y especialmente cómo podemos actuar para ayudar y aliviar esta situación natural que sufren muchos/as de nuestros/as pequeños/as.
Desde aquí nuestro más sincero agradecimiento a Dº Antonio por ayudarnos a saber tratar estas situaciones que incomodan nuestra convivencia, por su disponibilidad y su saber hacer.
La próxima sesión versará sobre las Nuevas Teconologias de Información y Comunicación y os adelantaré con la suficiente antelación la fecha en la que la celebraremos.
El sentir celos es una situación natural, que tiende a surgir por sí misma. Los celos entre
hermanos son un fenómeno natural consecuencia de la rivalidad que se establece entre
ellos. Se les debe prestar atención cuando alteren la convivencia y sean persistentes.
la rivalidad está potenciada por:
La necesidad de atraer la atención de los padres o de tener más atención que otro
u otros hermanos.
La comparación con el hermano y la necesidad de sentirse superior al otro.
El deseo de conseguir más cosas o privilegios que el hermano.
Los padres no pueden evitar los celos de sus hijos, ya que éstos dependen
directamente de la propia capacidad de tolerancia y compresión de cada niño,
de su !manera de ser!.
Lo que si pueden hacer es potenciar una relación sana entre hermanos y reducir
discusiones hasta un nivel aceptable.
Llega un nuevo miembro
Los celos son iguales independientemente de la edad. Y con los celos entre hermanos
pasa lo mismo. Imagínate sí un día tu marido o tu esposa te dice que vendrá otra
persona a vivir con vosotros, que a partir de ahora no seréis dos y sí tres. Y que además
te consuela diciendo que será divertido que tengas otra persona con quien compartir y
disfrutar de la compañía.
¿Qué harías? Creo que nadie dudaría de la reacción que tendría, ¿verdad? Pues eso es lo
que dicen los padres a sus hijos cuando este esta a punto de tener un hermanito.
Que el pequeño jugará con él, que se llevarán de maravilla... El niño vive
maravillosamente con sus papás, con las atenciones centradas en él, todo el cariño, todo
el cuidado, toda la dedicación, y de repente, ¡ZAS! Todo empieza a cambiar...
Al nacer el segundo hermano, los celos del mayor son inevitables. Aparece en los niños
sobretodo cuando creen que van a perder el cariño de sus padres. Es muy difícil dejar de
ser el sol para ser una estrella más en el Universo de su casa.
Los celos son expresados de distintas formas
Los niños expresan sus celos de distintas formas pero muchos de ellos lo manifiestan a
través de un cambio en su conducta. Se vuelven más desobedientes, más rebeldes, y más
agresivos al punto de llegar a morder y/o golpear a su nuevo hermanito, quitándole los
juguetes u otros objetos, molestándole en cuanto tenga una oportunidad. Para él, su
hermano es su rival, ha invadido su territorio y le ha robado mucho del tiempo que tenía
con sus padres. Así que es normal que él se sienta amenazado por su nuevo hermanito.
Otros niños, en cambio, se vuelven llorones y se pegan a la falda de la madre en el
intento de llamar su atención y de no perderla. Se sienten débiles, cómo si a nadie les
importase ellos. Se reprimen y se vuelven profundamente tristes. Se niegan a comer, a
jugar con los amigos, se niegan a todo, tomando una actitud rencorosa con sus seres
queridos como forma de reprocharles por haber centrado su atención y cariño en el otro
hermano.
Es común también que los niños celosos debido a la llegada de un hermanito, presenten
algún retroceso en su desarrollo. Algunos vuelven a hacerse pis en alguna que otra
ocasión, y otros llegan a pedir que les pongan de nuevo el pañal. Otros pueden volver a
hablar de una forma más infantil, a chuparse el dedo, a exigir que su madre le devuelva
su chupete, e incluso a querer su sillita de paseo o que le dé de comer. Son reacciones
normales de la crisis que está atravesando. Esta es su protesta y hay que comprenderla
con paciencia y muchísimo cariño.
Cómo evitar que los celos causen futuros problemas
Depende mucho de la actuación de los padres, que la situación de celos que están
viviendo en casa, se quede en una crisis temporal, dentro de unos límites razonables o
que represente un sufrimiento mayor al niño y que se de espacio a una rivalidad
duradera. Los efectos de unos celos mal resueltos, pueden representar algunos
problemas en el temperamento del niño celoso como el egoísmo, la envidia, la codicia,
etc.
Ningún niño esta preparado para recibir otro hermano. Cuando tengas que dar la noticia
de un nuevo hermano a tu hijo, debes hacerlo tu mismo, antes de que alguien se te
adelante. Hay que hablarle con mucho cariño y mucho tacto para que el niño sepa
claramente lo que va a ocurrir. Hay que explicarle que su hermano va a quererle mucho
y que él podrá cuidarle y protegerle. Y que además le enseñará muchísimas cosas.
Pídale que cante su música favorita a su hermanito o que le cuente un cuento antes de
dormir.
Normas generales
1) Evitar comparar a los hijos respecto a sus cualidades o aptitudes, ya que la
comparación favorece los celos.
2) No hay que hacer lo mismo para todos, ya que siempre resulta injusto puesto que
cada hijo tiene sus propias necesidades.
3) Elogiar las cualidades de cada hijo
4) Favorecer que cada uno de ellos realice las actividades que más le gustan,
potenciando de esta forma los intereses de cada uno. Cuando los niños han sido capaces
de realizar tareas juntos o de jugar amistosamente hay que reforzar estas actitudes
gratificándoles.
5) Enseñar a los niños a discutir adecuadamente sus conflictos, escuchando al otro y
buscando soluciones a sus problemas, será ideal para que disminuyan los celos y
crezcan como personas.
Desaciertos
- Adelantar acontecimientos: cuando va a nacer el hermano alguien le dice al niño: !qué
bien, vas a tener un hermano para jugar a la pelota!. Pero nace el bebé y el niño lo único
que hace es comer, dormir y llorar y que le quita a la mamá. Se ilusiona al niño pero él
se desilusiona y se enoja con la mamá y el bebé.
- Pedirle al hermano mayor que ceda ante las exigencias de un hermano pequeño:
!pásale el juguete porque él es más chico que tú, para qué lo haces llorar!. A uno se le
olvida que ese niño sigue siendo niño por mucho que sea el mayor, por lo tanto, le va
a costar compartir sus cosas porque pasan muchos años en esta etapa egocéntrica.
- Decirle al niño que tiene que querer al otro porque es su hermano: el cariño y amor se
da con el tiempo y de forma gradual. No hay que presionarlo a que quiera a su hermano.
- Preguntarle al niño continuamente si quiere al hermano: hay que evitarlo porque
también es una manera de presionarlo.
- Hacer crecer a los niños de golpe porque llegó otro hermano: quitar los pañales de un
día para otro, sacarle el chupete y dárselo a la bebé, quitarle el biberón y darle la leche
en vaso. De la noche a la mañana estos niños crecieron. Todo esto se debe hacer
gradualmente y anticipándose a la llegada del hermano.
- Sobrevalorar la capacidad afectiva del niño para arreglárselas solo! ahora haces las
tareas solo, ya eres grande y tú las puedes hacer!.
- Ridiculizar a uno de los hermanos: hay que ser cuidadoso con lo que se dice para no
herir al niño. Si los niños se ridiculizan entre ellos lo hacen con un afán de mostrarse
mejor que el otro, y los padres tienen que tratar de evitar esas situaciones tratando de
hacer ver que cada uno tiene sus potencialidades.
- Pedir al mayor que represente el papel de !modelo! para sus hermanos: por ser el
mayor debe dar el ejemplo y a uno se le olvida que sigue siendo niño. Son los papás los
que tienen que dar el ejemplo. Lo que sí pueden hacer los papás es mostrarle las
ventajas o beneficios que tiene el ser el mayor.
- Demostrar preferencia por uno de los hijos por parecerse a uno cuando era niño: si el
niño es bueno para la pelota, el papá dice !igual que yo cuando era niño!
- Tolerar los comportamientos dañinos o destructivos
- Esperar la perfección de los hijos y caer en comparaciones o favoritismos
Aciertos
- Incentivar objetivos separados: permite la diferenciación de los hijos y que ellos se
planteen sus propios objetivos y que los cumplan
-Buscar el momento oportuno para corregir y encauzar los sentimientos: cuando los
niños expresan los sentimientos negativos que tienen hacia el hermano u otra persona
hay que esperar el momento adecuado para conversar acerca de esos sentimientos y
tomarse el tiempo necesario para hacerlo
- Enseñar modos de expresión: si el niño no tiene el vocabulario adecuado para hacerlo,
ponerle el adulto las palabras exactas de lo que siente: pena, rabia, vergüenza, etc.,
estando atento a lo que los niños dicen sin presionar cuando la expresión es negativa.
- Darle medios de entretenimiento propios al hermano menor: el menor siempre quiere
los juguetes del mayor pero hay que saber respetar los juegos para cada edad y el
espacio del mayor
- Convencer a cada hijo que tiene un lugar muy especial en el corazón de sus padres: no
sirve de nada decirle a los hijos !te quiero mucho!, si no lo acompaña con hechos.
- Si a un niño no se le conceden las mismas cosas que a otro mayor darle una
explicación clara y a su nivel. Debemos usar la alabanza y el elogio apropiadamente.
- Hacer partícipes a los hijos del cuidado del hermanito: esto significa que colabore con
llevar el pañal sucio a la basura, ayude a coger la ropa,... y no que se encargue del
hermano al estar los padres ausentes
- Explicar los beneficios de ser ya mayor y las desventajas de ser bebé: poder salir al
supermercado, etc.
- Hacer que los hijos formen equipo y darle a cada niño alguna tarea específica en el
hogar en la que se sientan cómodo.
- Establecer reglas generales que se perciban como justas para todos y conversarlas:
hora de comer, lavarse, acostarse, etc.
- Permitir que los niños mantengan objetos que sean exclusivamente de su uso personal:
puede darle los juguetes que ya no usa a la bebé y los nuevos son de su uso exclusivo
- Seguir la regla !todos para uno y uno para todos!: si todos los hijos quieren el mismo
juguete para la Navidad, dárselo a todos y no a uno sólo.
- Felicitar a los niños cuando juegan juntos y ayudarlos en hacerse responsables de
resolver sus propios problemas.
- Actuar como moderadores en las posibles agresiones que surjan entre los hermanos
-Planificar y realizar
actividades conjuntas con toda la familia.
CONCLUSIONES
- No podemos evitar los celos, sólo ayudar a que sean menos dolorosos y a no
fomentarlos.
- Cada niño debe sentir que es especial para sus papás. Los celos disminuirán con el
tiempo si el niño ve que tiene un lugar especial en el afecto de los padres, y que los
hermanos lejos de ser una amenaza para su seguridad, llegarán a ser compañeros con
quienes compartir, a quienes querer y también capaces de darles amor.
- Las relaciones entre los hermanos nos preparan para una adecuada participación en la
sociedad: enseñan a respetar los sentimientos de los demás, a compartir, perdonar y
confiar. Cuando los celos no son superados en la niñez, florecen cuando somos adultos.
- La clave está en fomentar en el niño una alta autoestima y confianza, que le
proporcionen seguridad interna, con la cual nunca se sentirá inferior a sus hermanos.